top of page

Ana Iris, siempre en mi equipo

Critica de la novela "Feria" de Ana Iris Simón (Círculo de Tiza, 2020)

Descubrí a Ana Iris Simón hace unos meses en una estupenda entrevista que le hizo otro de mis grandes descubrimientos de este año, el periodista Víctor Leonore. Me cautivó la naturalidad de su respuestas pero, sobre todo, el gran sentido común que irradiaban. Twitter, donde encontré la entrevista, es, en gran parte, un inmenso pozo de estulticia encantada de conocerse, de regodearse en las inquietantes aguas de su nihilismo absurdo, revestido de intelectualismo y egocentrismo. Ana Iris y, por qué no decirlo, su entrevistador, son, al contrario, de esas personas que se preguntan, que reflexionan y que quieren saber y entender. Tienen claras sus líneas rojas y la clave que rige el pentagrama de su pensamiento, pero a partir de ahí están dispuestos a escuchar, a redefinir contornos y buscar las raíces reales de los problemas que ansían resolver.


Y, mira, esto es mucho hoy en día. Muchísimo. Tanto que cada mañana cuando se me cae el alma a los pies pensando en que no es posible que con tanto tonto y tanta mierda polarizante a bordo el barco siga flotando, me tranquilizo recitando mentalmente los nombres de esas personas, periodistas, pensadores, escritores... que aún tienen poder de influencia y capacidad mental y valentía moral de señalar la desnudez del emperador. De un lado y otro, como una especie de mantra me repito los nombres de estos 'últimos de Filipinas" y me reconforto pensando que si decenas de miles de personas han disfrutado con "Feria" o han reflexionado sobre la "Trampa de la Diversidad" de Daniel Bernabé; o cientos de miles capaces de entender a qué se refiere Juan Soto Ivars cuando habla de defender la libertad de expresión a toda costa, especialmente la de nuestros enemigos; es que aún hay esperanza.


"Feria", que no es ni novela, ni ensayo, ni todo lo contrario, es una joya desde el punto de vista literario

Pero centrémonos en "Feria", ese pequeño gran libro al que se ha llegado incluso a acusar de falangista. Por encima de todas las cosas, "Feria", que no es ni novela, ni ensayo, ni todo lo contrario, es una joya desde el punto de vista literario. Ana Iris tiene, sin duda, el don de los grandes escribidores. Sus frases no suena huecas, ni pomposas ni regurgitadas. Huelen a nuevo, a algodón limpio y colores vivos. Sus descripciones y metáforas son bonitas, profundas sin parecerlo y absolutamente evocadoras. Yo, que nada tengo que ver con lo que ella cuenta, he disfrutado de esa especie de realismo mágico castellano que ella ha construido en su libro. Supongo que habrá quien encuentre esta comparación exagerada, pero salvando todas las distancias, leyendo las historias de la Ana Mari, la abuela María Solo, los Simones o el tío Hilario, me sentía un poco como cuando conocí a los Buendía de "Cien Años de Soledad".


Al fin y al cabo, "Feria", hablando de muchas otras cosas, habla, por encima de todo del arraigo, de la necesidad de saberse parte de una comunidad que se sostiene, a pesar de de sus vaivenes y problemas, por una mezcla de amor, respeto y sentido de pertenencia. El arraigo nos ancla y, como no podía ser de otra forma, pesa y nos ata a lo que somos, incluyendo lo que menos nos gusta de nosotros mismos. Pero sin él somos muy poquito. Casi nada. Algas flotando en un mar incierto.


Rendirse a la evidencia no tiene nada que ver con resignarse. Mi amigo Gorka, un hombre sabio, siempre me ha hablado de la importancia del arraigo. Al principio, no entendía a lo que se refería o, al menos, no percibía la profundidad de lo que decía. Pero la edad te enseña y da distancia y ahora entiendo que a los amores, como a la vida, hay que abrazarlos con todo: con sus pelos e imperfecciones, con sus malos momentos y su cuitas. Sin nos quedamos con la mitad, seremos aún menos de la mitad.


Hablando de muchas otras cosas, habla, por encima de todo del arraigo, de la necesidad de saberse parte de una comunidad que se sostiene, a pesar de de sus vaivenes y problemas, por una mezcla de amor, respeto y sentido de pertenencia

Entiendo que cuando llevas esto al plano político, aquellos que alimentan los discursos vacíos y las barricadas de pacotilla se sientan agredidos. Porque este libro es un ataque directo al postureo, a los convencionalismos progre-marquetinianos y las reflexiones de pseudo-intelectuales que solo sirven para tranquilizar conciencias mientras los problemas reales siguen su curso. Curioso es que siendo "Feria" un libro que denuncia sin ambages al daño que el liberalismo extremo ha hecho a la hora de romper comunidades y lazos sólidos, sea precisamente gran parte de la izquierda la que se haya sentido atacada por él. Entre que el que se pica ajos come y la incomprensión lectora de otros muchos, a la pobre Ana Iris la tienen cancelada por facha, populista, antifeminista y qué se yo.


Y todo esto, que es tan humano y tan sencillo de entender, es lo que cuenta Ana Iris y lo que, en mi humilde opinión, ha hecho que tantas personas hayamos conectado con esta novela rara, que ni es novela ni es ensayo, escrita por una cría de apenas 30 años, que piensa como una vieja sabia.

Comments


bottom of page